Espartaco: La Rebelión de los Esclavos
Durante más de un milenio, los romanos dominaron la inmensa extensión que comprendía la costa mediterránea; su sistema político económico y social estaban patrocinados a través de la conquista de territorios, el comercio y la explotación de esclavos como mano de obra y servidumbre doméstica. Del 20 al 30 por ciento de la población romana estaba compuesta esclavos traídos desde las diferentes provincias que habían sido conquistadas; bien podían provenir de la población civil, soldados apresados o incluso, más comúnmente, ya nacidos esclavos.



La escuela de Batiato
El término “gladiador” proviene del nombre de “gladius”, espada romana utilizada por las legiones romanas y que procedía de los pueblos celtíberos de Hispania; costaba de una hoja recta y ancha, además de poseer doble filo. La vida del gladiador era privilegiada si nos ceñimos a las ventajas en cuanto a la alimentación, el cuidado médico y el acceso a esclavas a su servicio sexual. En su mayoría, los ludus estaban compuestos por gladiadores provenientes de Germania, Tracia, la Galia y diferentes tribus celtas; expuestos a un entrenamiento extremo, su única aspiración consistía en poder alcanzar la libertad tras años de éxito en la arena del circo romano.

Fotograma de la película Espartaco
Tras estas victorias, el ejército de Espartaco se dirigió hacia el norte, pero ante la negativa de los hombres a cruzar la cordillera de los Alpes, éste tomó la determinación de escapar de la península por mar, mientras que el senado romano daba el mando de 10 legiones al general Marco Licinio Craso, quien intentó frenar sin éxito al ejército de esclavos.
La Batalla de Río Silario
“Nuestra tierra está en peligro, Espartaco está a las puertas de Roma”. Con estas palabras, un senador romano reflejaba la grave crisis política a la que el gladiador había llevado a Roma, no obstante, la división entre las tropas de Espartaco y las de su lugarteniente Crixo, (quien intentaría tomar Roma) tuvo diferentes resultados. A medida que transcurrían los meses, las líneas de los esclavos iban recibiendo menos combatientes y ya en el año 71, intentaron cruzar el estrecho de Mesina con la ayuda de piratas, pero fueron traicionados. Una parte del ejército se dirigió hacia el este, pero fue derrotado por Craso.
Aún tras su derrota, la figura de Espartaco se convirtió en un mito, un héroe que clamaba libertad.